Ante la pregunta de qué estancias de una vivienda resultan más probables que necesiten una reforma, seguramente respondas sin pensar que la cocina y los baños. Y no te equivocarías: se tratan de las dos reformas parciales más demandadas.

Las razones son lógicas: mientras que cualquier otra estancia de la vivienda se basa en un carácter ocupacional, donde con un cambio de mobiliario ya nos basta para su renovación, en estos dos espacios encontramos además instalaciones cuyo uso prolongado requieren una renovación y donde con mayor medida acusamos una necesidad de cambio pero ¿por qué conviene abordarlas de forma conjunta antes que realizar una reforma parcial de cocina o de baños?

Evitar las “molestias” de las obras en reformas de cocinas y baños

Una obra es un proyecto ilusionante, pero no nos engañemos: una vez las abordamos estamos deseando que acaben y poder disfrutar cuanto antes sus resultados.

El motivo viene de que mientras duren tenemos que afrontar ciertos ruidos, no poder hacer uso de ciertas instalaciones, encontrarnos la casa “patas arriba” etc. Un trago que, aunque necesario, conviene pasar rápidamente.

Es por esta razón por lo que abordando las reformas de cocinas y baños conjuntamente evitamos no sólo tener que hacer obras en dos ocasiones, sino también portes, desplazamientos etc. Además de poder planificar mejor cómo afrontar los inconvenientes en una única ocasión.

Ahorro de costes en cocinas y baños

Muchas de las instalaciones se comparten entre baño y cocina, como por ejemplo las cañerías. El hecho por tanto que abordemos la reforma de ambas estancias al mismo tiempo, supone que ahorremos no sólo en los portes y desplazamientos tal como ya hemos indicado, sino también en materiales y en no tener que abrir en dos ocasiones paredes y suelos para intervenir en estas instalaciones comunes.

Además, al estar en manos de un mismo equipo profesional, notamos considerables ahorros en técnicos y trabajadores experimentados en el sector, en dos estancias, que debido a sus similitudes técnicas, acusan de igual forma y más pronunciadamente el paso del tiempo que en cualquier otro espacio del hogar.

Conseguir una coherencia estética de la vivienda

La vivienda debemos entenderla como un todo: no como un lugar “habitable” sino como nuestro hogar. Y como plenamente nuestro espacio debe responder tanto a nuestras propias necesidades como a nuestro propio gusto personal, de forma que nos sintamos identificados plenamente con todas las estancias y no tengamos ni la sensación de que nos sobran, ni que nos faltan.

Por ello, es más que recomendable afrontar la reforma integral de la vivienda antes que hacerlo de forma parcial, pero si no nos interesa esta opción, al menos que los espacios más funcionales y necesarios de la casa (dejando de lado el dormitorio) como lo son la cocina y el baño, sí que deberían recoger esa coherencia estética y funcional que aporta una misma solería o alicatado.

Disfrutar de instalaciones cómodas y funcionales

Ya lo hemos anunciado: la cocina y el baño son dos de las estancias más funcionales de la vivienda en cuanto no podemos desprendernos ni suprimir sus elementos más identificativos (fregadero, calentadores, inodoro, ducha etc.), y por tanto, deben resultarnos cómodas y acorde a nuestras necesidades.

Poner en manos de un mismo equipo profesional la adaptación de ambas nos posibilita a que se actúe en ellas acorde a lo que realmente queremos y no existan incoherencias entre ellas. Por ejemplo, si queremos un baño ecológico, que la cocina no resulte un derroche de recursos, que los muebles queden a una altura cómoda en ambos etc.

En definitiva, estamos ante dos estancias que marcan notablemente el carácter y la comodidad de una vivienda, ¿vas a arriesgarte a encomendar su reforma a una empresa que no entienda tus necesidades y tus gustos? ¡Confía ambas a auténticos profesionales!