Cuando se plantea la reforma de un hogar, hay ciertos pasos que se deben cumplir. Especialmente en los casos en los que se trata de una reforma integral, estos pasos son los que van a garantizar la buena ejecución del proyecto y la culminación con la obtención de los resultados esperados en los plazos de tiempo planteados. En este sentido, podemos decir que las fases de un proyecto de reforma integral son importantes para el éxito de este. A continuación, veremos cuáles son.

Las fases de una reforma integral

En ocasiones, una reforma integral puede resultar intimidante, debido a que representa un cambio total en la totalidad de la vivienda o en una parte de esta. Por eso, para enfrentar el proceso de la mejor manera, es conveniente que las personas estén al tanto de las fases que el proyecto va a seguir para poder acompañarlo de la mejor manera. Habitualmente, las fases de un proyecto de reforma integral son las siguientes.

1.     La obtención del permiso de obra para una reforma integral

Este es el primer paso y se debe llevar a cabo antes de dar comienzo a la obra. Dependiendo del tipo de reforma, es obligatorio o no adquirirlo. No obstante, cuando se trata de una reforma integral es frecuente que se requiera de una licencia o permiso especial para los trabajos de construcción. El tipo de licencia va a depender especialmente del tipo de trabajo que se vaya a realizar, por lo que es importante contar con el asesoramiento y acompañamiento de un profesional en el área para poder enfrentar el trámite de la forma adecuada.

2.     La distribución y tamaño de los espacios

En segundo lugar, lo que se suele realizar es el cambio en la distribución de la vivienda. Esto en los casos en los que ello se encuentra dentro de los objetivos de la reforma. De todos modos, en una reforma integral es frecuente que se decida hacer cambios en la forma en que la vivienda se distribuye. Esto incluye cambios en los tamaños de las habitaciones, aberturas, derribo de paredes, levantamiento de nuevas paredes en caso de ser necesario, entre otras cosas. Es un paso que busca, particularmente, cambiar la forma en que esa vivienda puede ser habitada y, con ello, su funcionalidad y su comodidad.

3.     Modificaciones en las instalaciones

El tercer paso suele estar relacionado a las instalaciones de la vivienda. Esto refiere no solamente a la revisión y cambio de las instalaciones eléctricas en caso de ser necesario, sino también a la revisión, cambio o reparación de las instalaciones de agua y gas. Introducir esta fase antes de los pasos estéticos es importante para evitar roturas posteriores. Además, es fundamental, en toda reforma integral, hacer una revisión de la calidad de dichas instalaciones y de su funcionamiento por una cuestión tanto de seguridad como de funcionalidad.

4.     Cambios en aberturas

De la mano de lo mencionado con anterioridad, la siguiente fase va a estar vinculada a cambios que se consideren necesarios en las aberturas de la vivienda. Es lo que se refiere a la fase de carpintería propiamente dicha. Consiste en evaluar, teniendo en cuenta la nueva distribución de la propiedad, la necesidad o no de retirar o colocar ventanas y puertas o cambiarlas de lugar. También se incluye aquí la posibilidad de colocar tipos diferentes de puertas y ventanas o aquellas que sean más amplias, dependiendo de la búsqueda de cada caso.

Además de esto, es la fase en la que se van a construir los muebles empotrados y todos aquellos que sean fijos. Considerando que la vivienda va a tener una nueva distribución, en esta fase de carpintería se van a construir y colocar muebles fijos o empotrados para consolidar la funcionalidad de la propiedad.

5.     La pintura en una reforma integral

El siguiente paso en el proyecto de reforma integral va a ser la pintura. La pintura se puede llevar a cabo una vez que todas las fases anteriores vinculadas a la infraestructura están listas. Además, es muy importante realizarla una vez que se han resuelto posibles problemas vinculados a las instalaciones, especialmente los problemas que ocasionasen manchas de humedad y otras cosas. Pero, además de la pintura, vamos a incluir en esta fase lo relacionado a los acabados en general. Esto refiere tanto a la pintura como a la colocación de pisos nuevos y de azulejos en los casos en los que así se prefiera. Se trata de cambios que no sólo darán lugar a una nueva comodidad en la vivienda, sino que, además, alcanzarán un cambio estético sustancial.

6.     Decoración y finalización estética

Por último, vamos a encontrar la fase de la decoración. Esta incluye la colocación nuevamente del mobiliario anterior o del mobiliario nuevo que se haya elegido y la reincorporación de las piezas de decoración. También se incluyen en esta fase la colocación de los electrodomésticos, de las instalaciones de baño, de los equipos de cocina, entre otras cosas. Es la fase que deja a la propiedad como un hogar listo para ser habitado y para responder a todas las necesidades de las personas o de las familias que van a vivir allí.

Además, una vez que se ha finalizado esta parte, los especialistas en reformas integrales tienden a llevar a cabo una limpieza profunda que es la que hace que las personas puedan regresar a un hogar limpio, agradable, ya listo para dar continuidad a su vida cotidiana. Este paso es importante para dar el toque final al resultado.

Ahora que hemos visto todas las fases de un proyecto de reforma integral, quizás te sea de interés saber sobre todo lo que incluye una reforma integral de una vivienda, y las principales diferencias que existen entre una reforma integral y una rehabilitación de vivienda. 

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